martes, noviembre 20, 2007

Del papel al bit, del bit al papel

Ya no es noticia que Amazon haya sacado al mercado un lector de e-books: para cuando alguien lea este post, este hecho estará sepultado por una o dos toneladas de información más reciente. Pero a mí, en realidad, poco me interesa la actualidad del asunto; ni siquiera me llama la atención el nuevo cachivache. Simplemente voy a aprovechar la coyuntura para darle otra vuelta de tuerca al asunto del futuro del libro (quizá a estas alturas deberíamos hablar más bien del presente del libro), y de paso poner unos cuantos enlaces pendientes que tenía medio olvidados.

¿Por dónde empezar? Cabe preguntarse en primer lugar cuál es el sentido de diseñar un trasto para leer libros, cuando el formato tradicional parece gozar de plena salud, y más aún, cuando las supuestas ventajas que pueda ofrecer la tecnología (es más ecológico, puedes descargar inmediatamente una obra allí donde estés) difícilmente compensan el notable desembolso que debe hacer el usuario. Una aclaración necesaria: yo no puedo dar una opinión totalmente objetiva sobre este asunto: me gusta el libro como objeto, no sólo como medio para transmitir información, y pienso que una pantalla nunca podrá igualar las sensaciones (visuales, táctiles, incluso olfativas) que proporciona una cuidada edición en papel: sensaciones que complementan y amplifican maravillosamente el mismo placer de la lectura. Lo que sí puedo hacer es intentar asumir una postura más fría, y analizar la sustitución tecnológica del papel impreso desde un punto de vista estrictamente utilitario. Para ello, partiré de mi propia experiencia laboral. En mi rutina diaria, me veo obligado a manejar multitud de informes, documentos y artículos científicos a los que accedo a través de internet. Soy el primero en reconocer la increíble ventaja que nos proporciona la tecnología para obtener de forma inmediata toneladas de información que antes estaba fuera de nuestro alcance (a menudo me pregunto cómo podía trabajar o investigar la gente antes de toda esta revolución de las redes). Pero una vez que llega el momento de trabajar con los documentos cosechados y, sobre todo, después de haber seleccionado los textos que realmente hay que analizar a fondo... entonces llega el turno de la impresora, de la grapadora y de los lápices. Uno imprime los documentos en cuestión; y luego los subraya, a veces con varios colores, y hace anotaciones en los márgenes y esquemas en el reverso, coloca señaladores adhesivos, dibuja inmisericordes exclamaciones o interrogaciones sobre el texto: en definitiva, un servidor tortura el documento en papel hasta que extrae de él hasta el último dato relevante, y luego lo guarda, coloreado, exhausto y malherido, en el archivador, por si hubiera que repetir el procedimiento en un futuro. No soy el único que actúa así: veo que mis compañeros mantienen la misma dinámica de trabajo. La conclusión a la que llego es la siguiente: tanto si se trata de la lectura por placer como de la lectura por motivos de trabajo, leer conlleva un proceso físico, indisociable del proceso intelectual, y en este sentido, las cualidades físicas que aporta el papel no son superadas, por el momento, por ningún formato digital.

Avancemos algo más en nuestra reflexión sobre las relaciones entre mensaje y formato. A menudo se establece una dicotomía entre la eficiencia y frialdad asociada a los nuevos medios de transmisión de información, y la componente estética, sensual e incluso sentimental que parece indisociable del aparentemente menos funcional soporte físico del libro. Pero la realidad no es tan simple. Cualquiera que haya navegado lo suficiente por la blogosfera habrá descubierto que la red siente una particular fascinación por los libros, sobre todo por las ediciones ilustradas, los volúmenes antiguos o los libros de artista; es decir, por aquellas obras donde la forma importa al menos tanto como el contenido. Algunos de los más exquisitos blogs de toda la red están dedicados exclusivamente a esta temática; baste citar los insignes Bibliodissey y Giornale Nuovo (cuya aventura acabó, tristemente, hace poco), o el magnífico Books by its cover; otros muchos blogs, entre los cuales se encuentra este que el lector tiene ante sus ojos, publican con cierta frecuencia posts dedicados a libros curiosos o antiguos. Pongamos un ejemplo práctico de esta tendencia: ¿cómo, si no es a través de la red, podríamos tener acceso hoy en día a una obra tan rara y fascinante como "The Snauters: Form and Life of the Rhinogrades", publicado en los años cuarenta por el inexistente naturalista alemán Harald Stümpke (en realidad, un profesor de zoología llamado Gerolf Steiner)?


Hemos de agradecer a Curious Expeditions la información que proporciona sobre esta pequeña obra maestra de la pseudociencia, y al autor de Forbidden Music el haberse tomado el tiempo necesario para escanear y subir varias páginas de la misma a su cuenta de Flickr. Es, como decimos, sólo un ejemplo de cómo la pantalla, por fría que sea, es a veces el único medio que nos permite gozar de ciertos placeres bibliófilos, difícilmente accesibles de otra forma.

Los libros, por tanto, a veces se transforman en posts. Pero más curioso es, si cabe, cuando ocurre el proceso opuesto: y es que a veces los posts acaban dando lugar a un libro. Si el libro salta al formato digital para salir del olvido de las estanterías y las vitrinas, el blog se vierte al formato físico para evitar que su contenido se pierda para siempre en la incesante y voraz marea de la red. Porque el ritmo que impone la blogosfera es el de la novedad continua, aun a costa de que multitud de artículos y reflexiones valiosas caigan en el olvido casi inmediatamente después de salir a la luz. Como dijo alguien, un blog es una conversación, y como en una conversación, las palabras se las lleva el viento... o en su caso una avalancha de feeds. La cuestión es que los seres humanos tenemos una cierta necesidad de que lo que hacemos perdure en el tiempo, quizá para paliar la dolorosa fugacidad de nuestra existencia, y puestos a dejar una huella en el mundo, nada mejor que recurrir al viejo recurso del libro. Un buen ejemplo de esto es el libro de BLDGBLOG, cuya aparición está prevista para 2009; sería una pena que tantas y tan interesantes reflexiones sobre la arquitectura, el paisaje y la ciudad (y sobre muchas otras cosas) se perdieran en el inmenso océano de la red...


Para terminar de rizar el rizo, un último apunte: otro blog que ha decidido dar el salto al formato impreso es el ya mencionado Bibliodissey. ¿No es magnífico que un blog dedicado a la recopilación de ilustraciones, grabados y manuscritos digitalizados y dispersos por la red (y en su mayoría difícilmente accesibles si no es a través de internet), acabe convertido finalmente en libro? En este caso, este paso supone cerrar un círculo maravilloso: del papel al bit, y del bit al papel. Antes que matar al libro, internet parece mantener con él una curiosa y fructífera simbiosis...


¿Alguien se atreve a afirmar todavía que el libro está a punto de morir?

sábado, noviembre 17, 2007

Walkscapes (II): Walkabout and songlines

Para Francesco Careri, no sólo creamos paisaje llenando el territorio de objetos, sino también llenándolo de significados. La práctica de otorgar un sentido simbólico al medio que nos rodea se remonta a tiempos remotos en la historia de la humanidad. Uno de los ejemplos más antiguos (y a la vez más originales) que ha persistido hasta nuestros días es el caso de los aborígenes australianos y su walkabout:


"El walkabout es el sistema de recorridos a través del cual los pueblos de Australia han cartografiado la totalidad del continente. Cada montaña, cada río y cada pozo pertenecen a un conjunto de historias/recorridos -las vías de los cánticos (o songlines)- que, entrelazándose constantemente, forman una única "historia del Tiempo del Sueño (Dreamtime)", que es la historia de los orígenes de la humanidad. Cada recorrido va ligado a un cántico, y cada cántico va ligado a una o más historias mitológicas ambientadas en el territorio. Toda la cultura de los aborígenes australianos -transmitida de generación en generación a través de una tradición oral todavía activa- se basa en una compleja epopeya mitológica formada por unas historias y unas geografías que ponen el énfasis en el propio espacio. A cada vía le corresponde su propio cántico, y el conjunto de las vías de los cánticos forma una red de recorridos errático-simbólicos que atraviesan y describen el espacio como si fuera una guía cantada. Es como si el Tiempo y la Historia fuesen reactualizados una y otra vez "al andarlos", al recorrer una y otra vez los lugares y los mitos ligados a ellos, en una deambulación musical que es a la vez religiosa y geográfica."

(La imagen que acompaña el post es una obra de Phylis Thomas; la encontré aquí)

jueves, noviembre 15, 2007

Walkscapes (I): A la deriva

Estoy leyendo Walkscapes. El andar como práctica estética, de Francesco Careri. Puedo discrepar de algunas de las ideas que Careri sostiene sobre el paisaje o sobre la ciudad, pero estos desencuentros no hacen sino aumentar la innegable potencia inspiradora del libro: me obligan a afrontar nuevas perspectivas de análisis, me fuerzan a repensar lo que ya daba por sabido añadiendo nuevos matices y asumiendo otros puntos de vista.


En Walkscapes, Careri recoge el testigo de dadaístas, surrealistas y situacionistas, y nos incita a deambular por la ciudad actual, a perdernos sin rumbo fijo en el dédalo urbano; caminar por las calles y los espacios abiertos saliéndonos de los recorridos preestablecidos, huyendo de nuestra ruta habitual: esta es la única vía para encontrarnos con ese territorio nómada que se esconde en los intersticios de la ciudad sedentaria. Los espacios transitorios, impensados e imprevistos, que en su día los dadaístas calificaban de banales y los surrealistas identificaban como el inconsciente de la ciudad, constituyen la cara oculta y desconocida del paisaje urbano, la imagen inversa de los no-lugares descritos por Augé: mientras que un no-lugar (un aeropuerto, un espacio comercial) está diseñado intencionadamente para ser un espacio impersonal, donde el significado y la identidad se diluyen en aras de la eficiencia y la seguridad, el espacio nómada es un espacio indefinido, no planificado, pero al mismo tiempo cargado de sentido. El retrato de la ciudad actual está incompleto sin la toma en consideración de su otro yo, constituido por lo que Careri llama las "amnesias urbanas".


"Las transformaciones, los desechos y la ausencia de control han producido un sistema de espacios vacíos (...) que pueden ser recorridos caminando a la deriva, como en los sectores laberínticos de la New Babylon de Constant: un espacio nómada ramificado como un sistema de veredas urbanas que parece haber surgido como producto de la entropía de la ciudad, como uno de los futuros abandonados descritos por Robert Smithson. Entre los pliegues de la ciudad han crecido espacios de tránsito, territorios en constante transformación a lo largo del tiempo. En estos territorios es posible superar, en estos momentos, la separación milenaria entre los espacios nómadas y los espacios sedentarios."


Las imágenes que acompañan el post son obra de esperantonia. Más, muchas más fotos que recogen el espíritu de la exploración urbana, en estos pools de flickr: Urbex, Urban Decay, Urban Fragments.

lunes, noviembre 12, 2007

Un libro raro

En Historia de un libro raro, Luigi Serafini desvela al periodista Francesco Manetto el misterio del famoso Codex Seraphinianus. Detrás de ese imaginario extraño y deslumbrante y de ese lenguaje indescifrable no se escondía ninguna influencia extraterrestre, como sugerían algunos, ni complicados juegos matemáticos, como apuntaban otros.



El secreto era, simplemente, que no había secreto. Lo único que había que hacer era mirar el Códex con los ojos de un niño: "para descifrar el lenguaje no sirve de nada saber leer. Sólo hay que ser niño, o volver a ser pequeño. Si hubiera tenido un Codex a los cinco años habría sido feliz."

jueves, noviembre 08, 2007

Urban fiction

Paisajes urbanos desolados, impersonales, vacíos...


... que esconden microscópicas explosiones de vida


Ciudades que parecen meros decorados (lo son)...


... y vidas que parecen meros simulacros (o no)


Una bonita metáfora visual sobre la vida en la ciudad, Urban Fiction, de la artista china Xing Danwem. No dejen de leer sus reflexiones.

(Robado, con permiso, de Efímera)

AJ, EP

"There is a 41-year-old woman, an administrative assistant from California known in the medical literature only as "AJ," who remembers almost every day of her life since age 11. There is an 85-year-old man, a retired lab technician called "EP," who remembers only his most recent thought. She might have the best memory in the world. He could very well have the worst."

Así comienza este magnífico reportaje que se lee casi como un relato, porque posee la capacidad de emocionarnos, y porque abre a nuestros ojos el abismo de lo que somos. También porque tiene ese punto irreal, casi borgiano, por el cual la lógica cotidiana se subvierte, se distorsiona hasta el punto de que podemos contemplar la propia realidad desde un nuevo prisma más revelador. Y quizá, también, más aterrador.

"My memory flows like a movie—nonstop and uncontrollable," says AJ (...) "I remember good, which is very comforting. But I also remember bad—and every bad choice," she says. "And I really don't give myself a break. There are all these forks in the road, moments you have to make a choice, and then it's ten years later, and I'm still beating myself up over them. I don't forgive myself for a lot of things. Your memory is the way it is to protect you. I feel like it just hasn't protected me. I would love just for five minutes to be a simple person and not have all this stuff in my head. "Most people have called what I have a gift," AJ says, "but I call it a burden."


En el caso de AJ, resulta evidente, la referencia a Borges no era gratuita:

"In his short story "Funes the Memorious," Jorge Luis Borges describes a man crippled by an inability to forget. He remembers every detail of his life, but he can't distinguish between the trivial and the important. He can't prioritize, he can't generalize. He is "virtually incapable of general, platonic ideas." Perhaps, as Borges concludes in his story, it is forgetting, not remembering, that is the essence of what makes us human. "To think," Borges writes, "is to forget."

El caso de EP nos resulta más familiar, más cercano
. No obstante, el poso de lo irreal, de lo terrible, sigue presente en este reverso de la historia de AJ o de la historia de Funes. Habrá que recordarle a Borges que tampoco es el olvido lo que nos hace humanos...

"
We cross the street and I'm alone with EP for the first time. He doesn't know who I am or what I'm doing at his side, although he seems to sense that I'm there for some good reason. He is trapped in the ultimate existential nightmare, blind to the reality in which he lives. The impulse strikes me to help him escape, at least for a second. I want to take him by the arm and shake him. "You have a rare and debilitating memory disorder," I want to tell him. "The last 50 years have been lost to you. In less than a minute, you're going to forget that this conversation ever even happened." I imagine the sheer horror that would befall him, the momentary clarity, the gaping emptiness that would open up in front of him, and close just as quickly. And then the passing car or the singing bird that would snap him back into his oblivious bubble."


En caso de tener que afrontar la terrible elección, ¿qué preferirías? ¿Vivir encerrado en la tortuosa celda de tus recuerdos? ¿O disolverte en la plácida nada del olvido?

(Agradezco el hallazgo a 3quarksdaily)

martes, noviembre 06, 2007

Ape, Fish, Book

El otro día pasamos por la Artis Library de la Universidad de Amsterdam para ver la exposición Ape, Fish, Book. Linnaeus in Amsterdam, una pequeña pero interesante muestra que viene a conmemorar el 300 aniversario del nacimiento del célebre naturalista sueco. Se exhiben varias obras de Linneo publicadas originariamente en Holanda, así como otros volúmenes de botánica y zoología procedentes de los bien surtidos fondos de la Artis Library; algunos animales disecados o conservados en recipientes completan el material expuesto.


Como toda la información que se ofrece en la exposición está en holandés, nuestra atención se tuvo que centrar en la dimensión estética de los libros, láminas y especímenes disecados que nos esperaban tras las vitrinas. Al fin y al cabo, es el atractivo visual de los tratados botánicos y zoológicos del XVIII lo que nos llevó a la muestra. Durante esta época, el cuidado con el que se elaboraban los dibujos para ilustrar las descripciones de las diversas especies animales y vegetales podía responder más a una necesidad científica que meramente artística, pero el resultado en ocasiones era realmente bello, sugerente, y a veces también maravillosamente ingenuo. La siguiente imagen procede de la Metamorfosis de Maria Sibylla Merien, una de las obras expuestas en la Artis Library:

Me llama la atención el carácter sobrehumano de la tarea de Linneo: afrontar la clasificación del conjunto de los seres vivos supone un reto de dimensiones excepcionales. Poner orden en el caos de la naturaleza; dividir, compartimentalizar y sistematizar el flujo continuo de la vida: la voluntad titánica del naturalista es una muestra de la grandeza del ser humano; y sin embargo, el resultado de este inmenso esfuerzo clasificatorio viene a demostrar al mismo tiempo la insignificancia del hombre, reducido a una especie más, diluido en la inabordable diversidad de la naturaleza. La percepción que Linneo tenía del mundo natural era todavía limitada, estática: creía en la génesis divina de todas las especies existentes, y aunque su sistema de clasificación exponía a la luz vínculos y lazos que apuntaban a un origen evolutivo de las especies, el ilustre naturalista pensaba que simplemente estaba poniendo de relieve los pormenores del plan de una inteligencia creadora. De alguna forma, Linneo viene a completar la tarea originaria de Adán:

(Genesis 2:19) Jehová Dios formó, pues, de la tierra toda bestia del campo, y toda ave de los cielos, y las trajo a Adán para que viese cómo las había de llamar; y todo lo que Adán llamó a los animales vivientes, ese es su nombre.

Curioseando en la red sobre estas cuestiones me encuentro con A Romantic Natural History, una página que explora las conexiones entre la literatura romántica y el desarrollo de las ciencias naturales antes de Darwin. La idea es sumamente atractiva, y aparte está sazonada con ilustraciones maravillosas:


Volviendo a la exposición, otra cosa que me ha llamado la atención es la aparición del llamado "hombre salvaje" u "hombre de los bosques" en varias de las obras expuestas. El conocimiento de la historia natural en el siglo XVIII era necesariamente incompleto, deficiente; los listados de especies incluían a veces animales mitológicos y monstruos de diverso pelaje. El hombre salvaje aparece aquí como un paso intermedio entre el simio y el hombre civilizado; se trata de un viejo mito que todavía pervive en diversas formas a lo largo y ancho del globo, pero que en los antiguos tratados de zoología parece un poderoso anticipo de las ideas de Darwin. La wikipedia ubica el origen del hombre salvaje en la Edad Media y señala su notable influencia en la herádica europea. Me gusta como la iconografía representa habitualmente a estos seres: completamente peludos, apoyados en un bastón, sentados a veces en un banco de madera como signo de su superioridad sobre sus parientes simiescos. La imagen siguiente procede de la Antropometamorphosis de John Bulwer (1658):


Para terminar este post que empezó como un mero apunte y que ha ido creciendo y creciendo sobre la marcha, enlazo una última nota sobre la Antropometamorphosis que he encontrado en 3quarksdaily. Punto y aparte.