jueves, diciembre 13, 2007

París

Se va yendo, lentamente, el otoño; tras de él queda un rastro agridulce: hubo momentos buenos, pero también muchas horas muertas y una pesada capa de melancolía que lo cubría todo. Si tuviera que rescatar una única cosa de todo lo sucedido en estos meses, me quedaría con los fines de semana pasados en París con mi querida Martita.


Me quedo con las cenas que preparaba Martita en su buhardilla de 10 metros cuadrados, y que me reconfortaban después de más de siete horas de autobús; pero también con los paseos nocturnos por Sant Germain, los escaparates de Le Marais, la pequeña librería española, las tartas de chocolate en Au Lys d'Argent, ese vino "luchador"...


Hago mías las palabras de Zach Condon, el cantante y alma del grupo Beirut: "Once we got there, we kept trying to go to other places, but we didn't feel like traveling so much as being in Paris".


... pero a esa sensación de viaje, de descubrimiento continuo, de lugar inagotable, hay que sumarle un aire de familiaridad, extrañamente acogedor.


Las fotos las pone Martita; la música, claro está, Beirut.

1 Comentario:

D. dijo...

Preciosas las fotos.