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lunes, enero 07, 2008

Paleo-futuros

Paleo-future es un blog dedicado a todos aquellos futuros imaginarios que nunca llegaron a materializarse.


Cada sociedad proyecta sus aspiraciones, sus prejuicios y sus miedos en las predicciones que realiza sobre el futuro. También plasma en ellas sus ideales estéticos, a veces con una libertad inusual (la lejanía de lo representado lo justifica todo), dando lugar a imágenes tan curiosas como las que acompañan este post. Los futuros imaginarios son un magnífico retrato de la época en la que se originan.


Tras profundizar un poco en los contenidos de Paleo-future, uno podría concluir que hay que cuidarse mucho de imaginar el futuro: las predicciones rara vez se cumplen, y a tan sólo unos años vista la ingenuidad de este tipo de planteamientos acaba resultando evidente.


Pensándolo un poco más, ¿a quién le importa si las predicciones se acaban cumpliendo o no? Aun en un plano imaginario, los viejos futuros errados han terminado teniendo su propia existencia, y a los habitantes de este futuro real que llamamos presente nos encanta explorarlos. Sigamos creando futuros sin pudor, aunque sólo sea para deleite de los lectores de los siglos venideros.

martes, noviembre 20, 2007

Del papel al bit, del bit al papel

Ya no es noticia que Amazon haya sacado al mercado un lector de e-books: para cuando alguien lea este post, este hecho estará sepultado por una o dos toneladas de información más reciente. Pero a mí, en realidad, poco me interesa la actualidad del asunto; ni siquiera me llama la atención el nuevo cachivache. Simplemente voy a aprovechar la coyuntura para darle otra vuelta de tuerca al asunto del futuro del libro (quizá a estas alturas deberíamos hablar más bien del presente del libro), y de paso poner unos cuantos enlaces pendientes que tenía medio olvidados.

¿Por dónde empezar? Cabe preguntarse en primer lugar cuál es el sentido de diseñar un trasto para leer libros, cuando el formato tradicional parece gozar de plena salud, y más aún, cuando las supuestas ventajas que pueda ofrecer la tecnología (es más ecológico, puedes descargar inmediatamente una obra allí donde estés) difícilmente compensan el notable desembolso que debe hacer el usuario. Una aclaración necesaria: yo no puedo dar una opinión totalmente objetiva sobre este asunto: me gusta el libro como objeto, no sólo como medio para transmitir información, y pienso que una pantalla nunca podrá igualar las sensaciones (visuales, táctiles, incluso olfativas) que proporciona una cuidada edición en papel: sensaciones que complementan y amplifican maravillosamente el mismo placer de la lectura. Lo que sí puedo hacer es intentar asumir una postura más fría, y analizar la sustitución tecnológica del papel impreso desde un punto de vista estrictamente utilitario. Para ello, partiré de mi propia experiencia laboral. En mi rutina diaria, me veo obligado a manejar multitud de informes, documentos y artículos científicos a los que accedo a través de internet. Soy el primero en reconocer la increíble ventaja que nos proporciona la tecnología para obtener de forma inmediata toneladas de información que antes estaba fuera de nuestro alcance (a menudo me pregunto cómo podía trabajar o investigar la gente antes de toda esta revolución de las redes). Pero una vez que llega el momento de trabajar con los documentos cosechados y, sobre todo, después de haber seleccionado los textos que realmente hay que analizar a fondo... entonces llega el turno de la impresora, de la grapadora y de los lápices. Uno imprime los documentos en cuestión; y luego los subraya, a veces con varios colores, y hace anotaciones en los márgenes y esquemas en el reverso, coloca señaladores adhesivos, dibuja inmisericordes exclamaciones o interrogaciones sobre el texto: en definitiva, un servidor tortura el documento en papel hasta que extrae de él hasta el último dato relevante, y luego lo guarda, coloreado, exhausto y malherido, en el archivador, por si hubiera que repetir el procedimiento en un futuro. No soy el único que actúa así: veo que mis compañeros mantienen la misma dinámica de trabajo. La conclusión a la que llego es la siguiente: tanto si se trata de la lectura por placer como de la lectura por motivos de trabajo, leer conlleva un proceso físico, indisociable del proceso intelectual, y en este sentido, las cualidades físicas que aporta el papel no son superadas, por el momento, por ningún formato digital.

Avancemos algo más en nuestra reflexión sobre las relaciones entre mensaje y formato. A menudo se establece una dicotomía entre la eficiencia y frialdad asociada a los nuevos medios de transmisión de información, y la componente estética, sensual e incluso sentimental que parece indisociable del aparentemente menos funcional soporte físico del libro. Pero la realidad no es tan simple. Cualquiera que haya navegado lo suficiente por la blogosfera habrá descubierto que la red siente una particular fascinación por los libros, sobre todo por las ediciones ilustradas, los volúmenes antiguos o los libros de artista; es decir, por aquellas obras donde la forma importa al menos tanto como el contenido. Algunos de los más exquisitos blogs de toda la red están dedicados exclusivamente a esta temática; baste citar los insignes Bibliodissey y Giornale Nuovo (cuya aventura acabó, tristemente, hace poco), o el magnífico Books by its cover; otros muchos blogs, entre los cuales se encuentra este que el lector tiene ante sus ojos, publican con cierta frecuencia posts dedicados a libros curiosos o antiguos. Pongamos un ejemplo práctico de esta tendencia: ¿cómo, si no es a través de la red, podríamos tener acceso hoy en día a una obra tan rara y fascinante como "The Snauters: Form and Life of the Rhinogrades", publicado en los años cuarenta por el inexistente naturalista alemán Harald Stümpke (en realidad, un profesor de zoología llamado Gerolf Steiner)?


Hemos de agradecer a Curious Expeditions la información que proporciona sobre esta pequeña obra maestra de la pseudociencia, y al autor de Forbidden Music el haberse tomado el tiempo necesario para escanear y subir varias páginas de la misma a su cuenta de Flickr. Es, como decimos, sólo un ejemplo de cómo la pantalla, por fría que sea, es a veces el único medio que nos permite gozar de ciertos placeres bibliófilos, difícilmente accesibles de otra forma.

Los libros, por tanto, a veces se transforman en posts. Pero más curioso es, si cabe, cuando ocurre el proceso opuesto: y es que a veces los posts acaban dando lugar a un libro. Si el libro salta al formato digital para salir del olvido de las estanterías y las vitrinas, el blog se vierte al formato físico para evitar que su contenido se pierda para siempre en la incesante y voraz marea de la red. Porque el ritmo que impone la blogosfera es el de la novedad continua, aun a costa de que multitud de artículos y reflexiones valiosas caigan en el olvido casi inmediatamente después de salir a la luz. Como dijo alguien, un blog es una conversación, y como en una conversación, las palabras se las lleva el viento... o en su caso una avalancha de feeds. La cuestión es que los seres humanos tenemos una cierta necesidad de que lo que hacemos perdure en el tiempo, quizá para paliar la dolorosa fugacidad de nuestra existencia, y puestos a dejar una huella en el mundo, nada mejor que recurrir al viejo recurso del libro. Un buen ejemplo de esto es el libro de BLDGBLOG, cuya aparición está prevista para 2009; sería una pena que tantas y tan interesantes reflexiones sobre la arquitectura, el paisaje y la ciudad (y sobre muchas otras cosas) se perdieran en el inmenso océano de la red...


Para terminar de rizar el rizo, un último apunte: otro blog que ha decidido dar el salto al formato impreso es el ya mencionado Bibliodissey. ¿No es magnífico que un blog dedicado a la recopilación de ilustraciones, grabados y manuscritos digitalizados y dispersos por la red (y en su mayoría difícilmente accesibles si no es a través de internet), acabe convertido finalmente en libro? En este caso, este paso supone cerrar un círculo maravilloso: del papel al bit, y del bit al papel. Antes que matar al libro, internet parece mantener con él una curiosa y fructífera simbiosis...


¿Alguien se atreve a afirmar todavía que el libro está a punto de morir?

jueves, octubre 11, 2007

Geografías

1) Por motivos que no vienen al caso, me veo obligado a pasar el otoño en Holanda, en un pequeño pueblo perdido entre la monotonía del paisaje y la monotonía del clima. Por motivos que no vienen al caso, preferiría no estar aquí. La consecuencia de los dos hechos anteriores es ésta: que el tiempo se ablanda, se expande en una masa informe y viscosa que lo impregna todo y que le añade a todo una gravidez y una textura distintas, peso excesivo, formas desdibujadas. A pesar de todo, es una situación que no deja de tener un cierto interés. En algunos momentos me parece estar librando una batalla absurda contra el tiempo, intentando rellenar infructuosamente el hueco de las horas con algo más que trabajo y pereza, nadando en un lodazal de minutos y días.


2) Tras cerca de tres meses sin conexión a internet, vuelvo a reencontrarme con la vieja rutina de los blogs. Ahora que estoy en un entorno extraño, el hecho de volver a recorrer a diario ciertas webs me provoca una sensación parecida a la de regresar al hogar. No es una exageración. La geografía virtual se superpone cada vez más a la geografía real para configurar nuestro espacio de la cotidianeidad. A diferencia de tantos y tantos espacios físicos por los que me veo obligado a pasar (aeropuertos; estaciones de tren, de autobús, de metro; centros comerciales, supermercados; entornos urbanos impersonales, vacíos, fallidos), muchos blogs y webs constituyen verdaderos lugares, rebosantes de vida, de ideas, de intercambios, de calor y de pasión.

Mumford dijo: "Acaso la mejor definición de la ciudad, en sus aspectos más elevados, consiste en decir que es un lugar destinado a ofrecer las mayores facilidades para la conversación significativa". Hemos de reconocer que la ciudad ha perdido en gran medida su capacidad para ejercer esta función, llenándose de no-lugares. O quizá lo que ocurre es que debemos cambiar nuestra noción de lo que es urbano: la ciudad ha dejado de ser un hecho exclusivamente físico para fundirse con lo virtual. Apuntemos aquí la necesidad de profundizar en nuestro conocimiento de estas nuevas geografías inmateriales, geografías de la información pero también de la comunicación y del afecto.

3) Geografías virtuales y geografías imaginarias. En una de mis recientes escapadas a París, pasé por la Librería Española (ahora en la calle Littré, número 7) y compré dos libros: "El libro de los seres imaginarios" de Borges, y la "Breve guía de lugares imaginarios", de Alberto Manguel y Gianni Guadalupi. Busco en la literatura los lugares que no encuentro en mi entorno real. En la "Breve guía..." encuentro, por ejemplo, el País de los Encajes, descrito por Alfred Jarry (Gestes et Opinions du Docteur Faustroll, Pataphysicien. Roman Néo-Scientifique, París, 1911):

"Reino insular situado a unas seis horas de la Isla de Her. A medida que el viajero se va acercando a la isla, aparece ante sus ojos una región de una luz deslumbrante recortada contra las sombras. Dicen que el violento y repentino contraste es tan fuerte como el que provocó el nacimiento de la luz el primer día de la Creación.

El rey de los Encajes devana esta luz brillante y teje cuadros de vírgenes, joyas, pavos reales y figuras humanas que se entrelazan como en las danzas de las jóvenes del Rin. Motivos nítidos se dibujan contra la oscuridad absoluta del aire como las formas que en las ventanas pinta la escarcha, para desaparecer luego entre las sombras."
(He estado paseando a orillas del Rin. La luz era mortecina, y no había ni rastro de las muchachas danzantes... He vuelto a casa y me he sumergido de nuevo en las páginas del libro...)

sábado, junio 23, 2007

Books by its cover

Vuelvo (brevemente) al tema del valor del libro como objeto, más allá de su función como medio. Books by its cover es el blog de la ilustradora y diseñadora Julia Rothman; su objetivo: recopilar todos aquellos libros bonitos que llaman su atención, sobre todo en el ámbito de la ilustración, el diseño, el comic y la literatura infantil. El resultado: un buen recurso para descubrir libros originales y, para los que a veces nos sentimos tentados a escribir/diseñar/publicar algo (aun en plan casero), una inestimable fuente de inspiración (y de envidia). Ejemplos de lo que se puede encontrar:

Prince Silencio, Anne Herbauts


Big Questions, Anders Nilsen


Olle Eksel, PIE Books

jueves, noviembre 16, 2006

Primer round

A uno le gustaría escribir este blog a la manera de "Último Round": poemas relatos anotaciones recortes de prensa que se intercalan con dibujos fotos garabatos graffitis conformando un entramado aparentemente caótico y casual, un territorio excepcionalmente vasto y diverso encerrado como quien no quiere la cosa en un par de libritos: es tan terriblemente fácil perderse en esas páginas, dejarse llevar por el juego incesante y permutable de la literatura de Cortázar.

Un señor de negro y con gafas que está al fondo replica: ¿y qué es "Último Round" sino un blog "avant la lettre"? ¿Acaso un blog no es un entramado aparentemente caótico de relatos dibujos anotaciones recortes de prensa fotos poemas? Usted lo que quiere es escribir un blog y punto, como todo el mundo, no me venga con Cortázar y demás palabrerías.

Discrepo: "Último Round" no es un blog, ni un libro: es arte, reflexión, opinión, creatividad desatada en busca de un medio donde poder desplegarse sin cortapisas. Intentaré explicarme mejor: lo que pretendía decir es que a uno le gustaría ser capaz de encerrar todo un universo en un mero conjunto de palabras e imágenes, delimitar un territorio imaginario donde fuera terriblemente fácil perderse y dejarse llevar por el juego permutable e incesante de la literatura. Qué más dará si al final sale un libro o un blog o un pavo real. Me cachendié.