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jueves, febrero 01, 2007

Arquitectura popular: lego city

Se habla mucho de que hay que mejorar e intensificar los cauces de participación pública en los procesos de planificación (urbana, territorial, hidrológica, etc.). En Oslo han hecho un curioso experimento: ¿qué pasa si pedimos a la ciudadanía que diseñe su ciudad futura ideal con piezas de lego? Se acondiciona un espacio público al efecto, se distribuyen miles de piezas; no hay límites de edad; cualquiera que pasa puede unirse a este acto colectivo de urbanismo en miniatura:


Los resultados son bastante sorprendentes, tal y como se puede comprobar en este set de flickr.


Hace tiempo que sabemos que la creatividad no es un don exclusivo de una minoría de mentes privilegiadas. Ensayos tan simples como este demuestran dos cosas: el enorme potencial creativo de la ciudadanía, siempre marginado por las estrategias de intervención "de arriba a abajo"; y la importancia de buscar vías imaginativas y atractivas para incentivar la participación pública en los procesos de toma de decisiones.

(Visto en The Biourbanist)

sábado, enero 13, 2007

Manifestación

Como probablemente sabrán mis queridos, silenciosos y razonablemente escasos lectores, la palabra idiota era utilizada por los griegos para denominar a aquellos ciudadanos que, permanentemente distraídos por las minucias de su vida privada, dejaban de lado los asuntos públicos, es decir, no intervenían en la política. Podemos hacernos una idea de la importancia que daban los griegos a la actividad democrática simplemente observando el tono despectivo e insultante que, aún hoy, y ya despojada de cualquier otro significado, conserva la palabra.

Desde que comencé "Tú nunca serás beatnik" unos meses atrás, he decidido de forma totalmente consciente dejar apartada la política de este humilde blog. Demasiados foros hay ya en la red para el debate ideológico, demasiado viciado el ambiente político como para permitir que esta casa, destinada principalmente al ejercicio de un sano hedonismo intelectual, se viera manchada por las toneladas de mugre que algunos pretenden verter estos días sobre nuestra democracia. No pongo enlaces para mostrar lo que digo: a estas alturas todos conocéis de qué clase de personajes hablo; creo además que han tenido demasiada publicidad gratuita en los últimos años los vertederos ideológicos de la red.

Sin embargo, hoy, al ponerme a escribir un post sobre el ateísmo a partir de un interesante artículo de Edge, he empezado a sentirme como un idiota: no es momento de hablar de dioses, creencias irracionales y otros divertimentos peregrinos. La situación política ha alcanzado hoy una de sus cotas más bajas en mucho tiempo, cosa difícil de creer ya que el listón estaba en un nivel prácticamente subterráneo. La realidad duele, se hace necesario opinar.

El desacuerdo de la clase política española ante un atentado terrorista, ante el asesinato de dos ciudadanos, es algo incomprensible en una democracia sana. Esta situación insólita, este enfrentamiento inaceptable en el que se han instalado no sólo los partidos sino también una parte de los ciudadanos que los apoyan, sin duda marcará de vergüeza el futuro recuerdo de esos días. La división de la sociedad es probablemente el mejor regalo que entre todos podíamos hacer a los terroristas, únicos culpables (¿habrá que repetirlo más veces?) del ruin atentado de Barajas.

Sin embargo, una vez reconocidos los errores, irresponsabilidades, torpezas y meteduras de pata en los que hayan podido incurrir los diversos personajes que pueblan nuestra clase política, es necesario reconocer el grado de responsabilidad particular de cada uno de ellos ante esta patética situación. No vale aquí la equidistancia, como bien señala Nacho Escolar, como un intento de simular una pretendida imparcialidad. Mi opinión en este sentido es clara: la surrealista postura del PP ante la manifestación de hoy en Madrid no tiene parangón con ninguno de los errores que haya podido cometer el gobierno, ni siquiera con la incomprensible falta de rotundidad de Zapatero en los días posteriores al atentado. Lo de hoy es el perfecto colofón de esa política de "cuanto peor, mejor" con la que nos han venido obsequiando Rajoy y adláteres en los últimos años. Han llegado al límite.

No hay justificación para su estruendosa ausencia de la manifestación, Sr. Rajoy, por más que busque explicaciones imposibles e intente irrisorias piruetas dialécticas. Ustedes no son idiotas (ojalá abandonaran la clase política para dejar paso a otros más capaces), son hipócritas. Se han querido colocar ante la sociedad como las víctimas de esta lamentable situación. Están completamente equivocados: las únicas víctimas son ellos: Carlos Alonso Palate y Diego Armando Estacio. Precisamente por ellos, muchos esperamos que la ciudadanía dé hoy un lección de democracia a esta clase política que nos ha tocado sufrir. Y deseamos, o mejor, exigimos, que la clase política reflexione en consecuencia. Desde aquí, todo nuestro apoyo a la manifestación de esta tarde.

miércoles, diciembre 20, 2006

¡Qué arte!

Se puede discutir si Banksy es un artista que utiliza a la perfección el impacto mediático con objeto de promover la reflexión sobre las miserias de nuestra sociedad, o más bien un artista que sabe remover con inteligencia las miserias de nuestra sociedad con el objetivo de obtener impacto mediático. Probablemente estas dos facetas no sean incompatibles.

En cualquier caso, lo que no cabe duda es que el tipo tiene arte. Mucho arte. En el sentido más sevillano del término, me refiero.

Vean la obra estrella de la galería-mercadillo que Banksy ha organizado (como viene haciendo cada año) en Londres con la sana intención de recuperar el espíritu navideño:


El fotomontaje en cuestión no es de Banksy, sino de Peter Kennard. Pero lleva, inevitablemente, la marca de la casa. Musho arte.

(Visto en los comentarios de escolar.net; gracias, Darth)